Son las fiestas de Pentecostés en las que se honra al Cristo de las Angustias, que tiene su morada habitual en la ermita del mismo nombre, un edificio del siglo XIV con una espadaña que conserva una interesante campana y una cruz de hierro en base de piedra que formó parte de un antiguo calvario. Está situada a un kilómetro en dirección a Medina de Rioseco, en la cual se realizan tanto los actos religiosos, como las tradicionales meriendas en el merendero que hay instalado en sus alrededores.
Además es en estos días, cuando los quintos del pueblo rondan a las mozas y las piden las típicas rosquillas.